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jueves, 9 de febrero de 2012

BRECHA DIGITAL.



Brecha digital hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como el computador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos. Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías.1 Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no. El término opuesto que se emplea con más frecuencia es el de inclusión digital y el de inclusión digital genuina (Maggio, 2007).

Historial de la Brecha Digital

El concepto de brecha digital encuentra su antecesor en el llamado informe “El eslabón perdido”, que se publicó en 1982 por la comisión Maitland. Este puso de manifiesto las conclusiones sobre la carencia de infraestructuras de telecomunicaciones en los países en vías de desarrollo, poniendo como ejemplo el teléfono. El término procede del inglés digital divide, utilizado durante laAdministración Clinton, aunque su autoría no puede ubicarse con toda precisión. Mientras que en algunas referencias, se cita a Simon Moores como acuñador del término, Hoffman, Novak y Schlosser3 se refieren a Lloyd Morrisett como el primero que lo empleó para hacer referencia a la fractura que podía producirse en los Estados Unidos entre "conectados" y "no conectados", si no se superaban las serias diferencias entre territorios, razas y etnias, clases y géneros, mediante inversiones públicas en infraestructuras y ayudas a la educación. En todo caso, durante esta administración se dio lugar a una serie de reportes publicados bajo el título Falling through the Net, en el que se dejaba evidencia del estado que este fenómeno guardaba en la sociedad estadounidense a finales de la década de 1990.444555
A partir de este origen, algunos autores prefieren en español, el término fractura digital4 o estratificación digital,5 por ser mucho más expresivos sobre lo que realmente significa. La traducción a otras lenguas latinas, como el francés, también ha optado por el término de fractura. No obstante, la mayoría de los autores hispanos se decanta por el de brecha, más suave y políticamente correcto. Algunas otras expresiones que han sido usadas para referirse a la Brecha Digital son divisoria digital,6 brecha inforcomunicacional7 y abismo digital.8
Otros autores extienden el alcance de la Brecha Digital para explicarla también en función de lo que se ha denominado analfabetismo digital, que consistente en la escasa habilidad o competencia de un gran sector de la población, especialmente entre aquellos nacidos antes de la década de 1960, para manejar las herramientas tecnológicas de computación y cuyo acceso a los servicios deInternet es por ende muy extenso.

[editar]Aspectos teóricos de la brecha digital

Algunos de los primeros autores que abordaron el problema de la Brecha Digital desde una aproximación sistemática y socialmente profunda fueron Herbert Schiller9 y William Wresch.10 De manera general, estos autores planteaban la necesidad de incluir a todos los sectores de la población en el acceso a la información disponible a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso.
Para Pippa Norris,11 se trata de un fenómeno que implica tres aspectos principales: la brecha global (que se presenta entre distintos países), la brecha social (que ocurre al interior de una nación) y la brecha democrática (que se refiere a la que existe entre quienes participan y quienes no participan de los asuntos públicos en línea).
Otra corriente de investigadores12 se han centrado en aspectos cuantitativos de la brecha digital, destacando las diferencias estadísticas en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, según un extenso abanico de variables socio-demográficas entre las que destacan el sexo, edad, nivel de ingresos, escolaridad, raza, etnia y lugar de residencia.
Uno de los aspectos más recientes que han sido analizados13 sobre la brecha digital, tiene que ver no solamente con el acceso a Internet, sino con la calidad de dicho acceso y la disponibilidad de conexiones de banda ancha que permitan acceder a contenidos multimedia en tiempos y costos adecuados al contexto de los usuarios.
De forma específica, el investigador holandés Jan van Dijk identifica cuatro dimensiones en el acceso: la motivación para acceder; el acceso material; las competencias para el acceso; y el acceso para usos avanzados (o más sofisticados). Plantea que la brecha digital está en constante evolución, dado el surgimiento de nuevos usos tecnológicos, que son apropiados más rápidamente por aquellos que tienen el acceso en forma más permanente y de mejor calidad, determinado por dicho ancho de banda.
El propósito de la brecha digital es enfocarse a la revisión de la información y comuncación para el extenso desarrollo de las tic.

[editar]La brecha digital en el contexto de la sociedad de la información

En ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) los principales grupos de la sociedad civil dieron vida a la campaña CRIS (Communication Rights in the Information Society –Derechos de Comunicación en la Sociedad de la Información), con el objetivo de infundir la agenda de la Cumbre con cuestiones relacionadas con los medios de gobierno y derechos a la comunicación.
En la CRIS se ha enfatizado la función de las nuevas tecnologías como herramientas de comunicación de valores comunes entre grupos, individuos y organizaciones sociales, criticando una justificación instrumental de las tecnologías vistas principalmente como un fin más que como un medio para impulsar un cambio social, una visión instrumental que no considera ni las barreras culturales y lingüísticas, ni las relaciones de dependencia y subordinación técnica, económica y política entre y dentro del Norte y el Sur del Mundo.
La inclusión digital, sostiene este sector de la sociedad civil, hay que pensarla como un asunto colectivo, no individual, donde los beneficios sociales hay que verlos en relación a los que se generan para las comunidades, organizaciones, familias y grupos que sacan provecho de las tecnologías, aunque no tengan acceso a éstas. La eficacia de las políticas de inclusión digital dependerán de las posibilidades de integración del conocimiento en los propios objetivos de sus beneficiarios, considerando que no existe un solo modelo, sino muchas posibles sociedades de la información y de la comunicación adaptadas según las diferentes necesidades y objetivos individuales y comunes de un planeta para nada homogéneo.
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Una de las preocupaciones mas frecuentes con respecto a la masificación de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) es cómo cerrar o aminorar la brecha digital y cómo brindar acceso a usuarios poco experimentados en la tecnología.

Para esto se han planteado posibles soluciones como la de crear aulas con tecnología al alcance de las comunidades, vender tecnología a través de las cuentas de servicios públicos o subsidiar parte de la compra de productos tecnológicos, entre otros.

Gracias a estas estrategias se han obtenido buenos resultados y poco a poco mas personas han tenido acceso a las TIC. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no es solo dar acceso a las nuevas tecnologías, sino aún mas importante, orientar su utilización y desarrollar habilidades en el uso de ellas.

Debido a esto muchos de los proyectos encaminados a cerrar la brecha digital han creado un impacto inicial pero con pocas probabilidades de ser replicados por los mismos usuarios o auto sostenerse a lago plazo.

Se han usado herramientas comerciales que los usuarios no tienen la posibilidad de adquirir (legalmente) o que su uso requiere de conocimientos muy avanzados para iniciar.

Por esta razón es muy importante la implementación de tecnologías inclusivas las cuales estén al alcance de todos los usuarios pero que además de esto sean de uso intuitivo y no necesitemos ser "geeks informáticos" para poder usarlas.

Este pensamiento no comercial de compartir el conocimiento y de crear y usar aplicaciones al alcance de todos hace que el proceso de masificación de las TICs sea mas real en comunidades en desventaja social y sostenibles a largo plazo.

He tenido la oportunidad de experimentar con varias aplicaciones gratuitas y muy fáciles de usar con las que se pueden obtener resultados muy profesionales desde el punto de vista técnico y que además, crean una alta confianza en el usuario para manipular herramientas que antes solo usaban profesionales informáticos y diseñadores.

Hablo de programas como Scratch, software desarrollado por el MIT Media Lab (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en el cual se pueden desarrollar animaciones y programación de juegos; Gimp editor de imágenes o Google ScketchUp para el modelado de estructuras tridimensionales. Aplicaciones que fácilmente pueden ser descargadas por Internet e instaladas en centros comunitarios o en computadores personales sin ninguna restricción de uso, facilitando el proceso de aprendizaje y con un amplio apoyo de tutoriales en línea, desde los mas básicos hasta los mas avanzados.

De esta manera usuarios "básicos", dejan de ser consumidores de tecnología y pasan a ser productores de sus propias aplicaciones, adquiriendo así un alto grado de apropiación e incorporando éstas habilidades en su diario vivir.

Entonces no hay que preocuparnos solo de "repartir" computadores, celulares o banda ancha, sino de asegurar que su uso sea a largo plazo y de acceso a todo tipo personas usando las metodologías y herramientas apropiadas.